La toxina botulínica ha venido siendo utilizada en el área de medicina en el área de la estética básicamente desde hace aproximadamente más de dos décadas, convirtiéndose en unos de los productos considerados como medicamentos más utilizados en los estados Unidos y en muchos países del globo terráqueo.
Su bioseguridad ha sido ampliamente comprobado lo cual le hace un producto muy seguro para su utilización en seres humanos , tanto como de uso estético como en algunas patologías como parálisis cerebral, dolores de cabeza (cefaleas) del tipo tensional, sudoración excesiva de axilas y manos (hiperhidrosis),entre otras.
Por su amplia popularidad su nombre comercial ha sido mal utilizado así como sus supuestos beneficios en otras presentaciones no avaladas por las farmacéuticas como cremas, tópicos capilares etc. Así lo vemos a diario.
Hemos escuchado comentarios como que el uso periódico de este producto provoca deformaciones en el rostro y que al dejar de utilizarlo se envejece mucho más rápido nada más alejado de la verdad, creo que antes de iniciar este tipo de alternativa de tratamiento debemos consultar con facultativos médicos expertos en el manejo de toxinas botulínicas con los cuales mantendremos extensos diálogos y así solventar nuestras dudas y preocupaciones,
En nuestro País afortunadamente existen presentaciones comerciales de calidad y alta seguridad de este producto que estamos tratando, siempre deberemos pedir que cumplan con estándares de calidad y con los avales del Ministerio de salud y sus entes reguladores así como de organismos internacionales como la FDA de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
No olvidemos que en nuestras manos está el cuidado de nuestra salud que debe ser la prioridad fundamental al someternos a cualquier procedimiento